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Las primeras excavaciones (y II)

Los trabajos de 1945 significaron un salto cualitativo para el conocimiento sobre Reccopolis, resultado del aumento de recursos económicos. Junto a la finalización de la excavación del espacio de la basílica, se produjo un trabajo de desescombro y excavación de dos grandes construcciones contiguas a la Iglesia, que fueron interpretadas como “un gran palacio”. Además, el 12 de septiembre de 1945 se produjo el hallazgo de un gran conjunto numismático formado por 90 monedas de oro. Su aparición fue uno de los éxitos de la campaña y un importante hito en el estudio de las producciones monetarias visigodas (tremises). El tesoro estaba formado por acuñaciones del reino visigodo, suevo, merovingio y el imperio bizantino en la segunda mitad del siglo VI d. C. Aunque la ocultación mereció una publicación poco después de su hallazgo (1946), la repentina muerte de J. Cabré en 1947 fue el factor principal que impidió la publicación completa de los resultados obtenidos.

El tesoro y el lugar del hallazgo supuso también un quebradero de cabeza para el excavador. Cabré consideraba que un proyecto urbanístico y arquitectónico como Reccopolis, solo podía desarrollarse sobre un sustrato romano anterior. Así lo defendió a lo largo de 1946 tanto en el II Congreso de Arqueología del Sudeste Español, como en un monográfico sobre el tesorillo publicado por la Comisaría General de Excavaciones. El arqueólogo consideraba que la iglesia se había construido como un pequeño templo rural a principios del s. V, con una única nave. A lo largo del siglo VI habría sufrido una amplia transformación con la articulación de tres crujías, que coincidiría con la fase de organización de la ciudad bajo el gobierno de Leovigildo (569-586 d. C.), construyéndose contiguamente a la basílica un “gran palacio”. La propuesta cronológica se apoyaba además de la interpretación arquitectónica, en la recuperación durante la excavación de materiales de “carácter puro romano” como basas, fustes y varios capiteles de estilo corintio, fragmentos de sarcófago y diversas monedas de Graciano de las que no se aportaban más detalles. Cabré defendía, por tanto, un proceso evolutivo en la conformación del yacimiento en el siglo VI, a partir de la existencia de un templo de pequeñas dimensiones que se levantó en el s. V y de un yacimiento romano previo. También a partir de los hallazgos de las monedas en 1945, Cabré planteó la destrucción de la ciudad entre el 582-383, ya que en el conjunto monetario hallado solo aparecían algunas monedas de Leovigildo que servían de cierre temporal del tesoro.

Las excavaciones de 1945 fueron un éxito, pero dejaron muchos interrogantes sin resolver, tal como se observa en la polémica suscitada en torno a Reccopolis entre el propio Cabré y Pío Beltrán Villagrasa durante el mencionado II Congreso de Arqueología del Sudeste celebrado en marzo de 1946 en Albacete, con la cronología del tesorillo como elemento central.
Muchas de las cuestiones tendrán que esperar durante décadas para resolverse, como fruto de la muerte de Cabré y la paralización de las excavaciones hasta la década de los 70.

Aun así, la importancia de Reccopolis, su ubicación y su importancia para el estudio de la época visigoda había quedado demostrada. Fruto de todo ello, se produjo la declaración de Monumento Histórico Artístico el 10 de abril de 1946.

Imágenes: IPCE

Referencias: Juan Cabré, Archivo Cabré, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte

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